Dentro de estos sistemas, lo importante es qué
sentimiento o sentimientos hacen que una persona desee hacer algo. Si son
sentimientos nobles, lo que se haga no puede estar equivocado. Como dice un
personaje de Pérez Reverte en “Cabo Trafalgar”… “quien cumple con su deber, no
se equivoca nunca“. El caso más habitual de este tipo de moral, es la que
condona (lo contrario de “condena”, curiosamente) cualquier acto que se haga
“por amor”. Por amor a la Patria, al prójimo, a Dios… lo que se hace por amor
no es condenable, y siempre es admisible. No importa qué sea, y tampoco importa
cuáles sean sus consecuencias finales.
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